Sabias que el color de la pezuña no es el único dato visual que puede delatar la mayor o menor calidad de este producto tan preciado. Cuando vamos en busca de la pieza perfecta debemos tener en cuenta algunos puntos como la suavidad del tocino y el punto de curación del jamón, ya que marcan la calidad de esa pieza.
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La pezuña negra: Una de las características de la raza ibérica es la pezuña negra por lo que a simple vista ya podemos detectar si estamos frente a un jamón ibérico o no. Existen algunos casos en el que el cerdo ibérico tiene la pezuña blanca, pero no es lo habitual.
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Caña estilizada: Otra de las zonas importantes para identificar la calidad de la pieza es que la caña sea estilizada. Los jamones de 100% raza ibérica y 75% raza ibérica que son los de mayor calidad tienen la caña más estilizada, y eso significa que su sabor será más intenso.
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La curación de la carne: Para comprobar la curación de la carne, tendremos que comprobar que la parte de la maza (zona más ancha) y la babilla (zona más estrecha) estén duras.
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El tocino suave: El tocino es la grasa que envuelve el jamón, y aunque hay gente que solo se fija en la carne, esta grasa determinará mejor la calidad, y es que, cuanto más suave es, será de mejor calidad. Se aprecia muy bien si comparamos un jamón de bellota con uno de cebo campo.
- Color de la brida: La brida es el DNI del jamón. En ella podemos encontrar toda la información sobre el porcentaje de raza ibérica y la alimentación del cerdo que nos indicarán la calidad del producto. Además, solo los productos ibéricos llevan brida lo cual hace más fácil reconocer de primeras cuáles son de mayor calidad.